Nuevo debate por cobros de Sayco a conciertos online.

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Una vez más aparece Sayco en las noticias, esta vez por la modificación de las tarifas de recaudo de dineros por ejecuciones musicales a razón de los eventos virtuales, que no estaban contemplados por obvias razones. El tarifario y sus modificaciones abrió en el espacio digital un nuevo debate sobre la Sociedad de gestión colectiva, cuya reputación no es la mejor en materia de transparencia y claridad alrededor del recaudo de estas platas y de su respectiva repartición a autores y compositores en Colombia y en el mundo. 

En medio del escándalo, la indignación y la bulla que produjo la propagación de la noticia, el único personaje que me llamó la atención durante la habitual sesión de juzgamientos, insultos, linchamientos e improperios contra Sayco fue un joven abogado llamado Santiago Sanmiguel, quien intentó explicar, por medio de un hilo en twitter, el motivo de la polémica. Como cosa rara con los hilos - en especial aquellos dedicados a un asunto tan complejo como el de la propiedad intelectual y el derecho de autor en la era de la internet -, su intervención no causó tanto impacto como la de los pirómanos de turno, que siempre tienen mucha más suerte y el favor de la turba digital que los científicos o los expertos (para la muestra, todo lo que está pasando en redes en estas épocas de pandemia).

 

Así que decidí llamar a Santiago, quien trabaja con dos socias más en asesoramiento jurídico a personas en el sector creativo en Colombia, para hacer las preguntas que, como melómano, tengo sobre el tema de Sayco y las tarifas digitales, pero además, sobre el origen y el porqué de organizaciones como Sayco, su papel en el negocio de la música, el tema de los cobros a promotores y conciertos, y ya de ahí en adelante, sostuve una conversación con él sobre el futuro de los conciertos, la llegada de los videojuegos a la convergencia entre música y grandes congregaciones digitales, y mucho más.

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