Hay discos para cocinar, para hacer oficio y hasta para entrenar. Aquí seis álbumes completos perfectos para esta época de cuarentena. ¿Cuál sería su aporte?

Si nos ponemos a pensar cuántos discos completos hemos escuchado en la vida tal vez no tendríamos una respuesta concreta a la vista. Pueden ser decenas e inclusive centenas (hay quienes podrían haber escuchado miles). Pero si miramos con detenimiento y revisamos bien, hay álbumes que tal vez han pasado desapercibidos ya sea porque les dimos un par de escuchadas incompletas o no les ‘paramos bolas’.

 



 

Hay producciones discográficas que están hechas para disfrutarse en una sola sentada y es un ejercicio que de no hacerse así, no brindaría el mismo resultado (como dejar una película o serie incompleta).

Por eso, desde esta esquina de La Nación quisimos recomendarles algunas de esas obras discográficas que valen la pena escuchar de principio a fin para conocerlos o redescubrirlos y volverlos a amar, con la particularidad de que cada uno les servirá para algún quehacer del hogar o rutina personal en estos tiempos de cuarentena. Preparen sus parlantes, hagan una lista de sus labores y disfruten. Ayúdennos a alargar la lista:

5. "Songs for Swingin' Lovers!" de Frank Sinatra (para hacer el almuerzo)

Es la décima placa discográfica de Frank Sinatra publicada en 1956. Son 15 canciones optimistas, alegres, alejadas de sus ratos melancólicos y con interpretaciones que sacan sonrisas y movimientos improvisados de baile (es el disco perfecto para hacer el almuerzo). Ninguna canción es propia de Sinatra, todas son obras escritas por diferentes artistas, interpretadas majestuosamente por The Voice y orquestadas por Nelson Riddle. Recomendado: prestarle atención a la trompeta con sordina que juguetea a destiempo con las líneas de vientos.

 



 

4. “…Like Clockwork” de Queens Of The Stone Age (para hacer ejercicio)

La crítica rockera lo considera uno de los mejores discos de la década pasada (y lo es). Una publicación totalmente autoproducida por Jhos Homme y su banda con 10 canciones que suben y bajan a ritmo de riffs de guitarra estridentes y enérgicos golpes de batería. A pesar de estar inspirado en temas como la depresión y la muerte, el disco es pura energía perfecto para hacer ejercicio (desde rutinas moderadas hasta duras jornadas de crossfit casero). Recomendado: hacer la rutina en el mismo orden del disco. Se calienta con Keep Your Eyes Peeled, cardio fuerte con My God is The Sun, pesas con con Kalopsia y Fairweather Friends, y estiramiento con …Like Clockwork.

 

3. “Awaken, My Love!” de Childish Gambino (para barrer y trapear)

Son casi 49 minutos de efectos sicodélicos, coros góspel, soul, R&B, jazz y pausas que apenas alcanzan para sacar la cabeza y respirar. Es el tercer álbum de estudio de Donald Glover contiene, para muchos (incluyéndome), la canción del 2016: Redbone (a pesar de haberse estrenado en diciembre). Recomendado: mientras barren y trapean, hagan pausas en las canciones que tienen aplausos y hagan lo mismo, aplaudan, es una recarga de energía (si les toca virutear, búsquense un álbum de metal, puede ser el “Repentless” de Slayer).

 

2. “21” de Adele (para tender la ropa)

Es el disco más vendido del 2011 y del 2012, es el despegue musical de Adele y es una obra maestra del desamor, la resignación y el dolor. Once canciones cargadas de emotividad y una poderosa interpretación vocal, característica principal de la londinense. El disco pasa de momentos de profundo dolor como Don’t You Remember (por si hay que sacudir fuertemente alguna prenda) a instantes de resiliencia como Lovesong (homenaje a The Cure) y Someone Like You. Recomendado: Si están despechados no lo escuchen. Ni es beneficioso para ustedes ni para su ropa.

 

1. “Check Your Head” de los Beastie Boys (para lavar baños y cocina)

Una veintena de “totazos” compone el “Check Your Head” de Beastie Boys. A comienzos de los 90 y con 2 discos ya publicados, Ad-Rock, Mike D y MCA, le dijeron al mundo que el rap podía ser muchas otras cosas. Este álbum es un reinicio de la banda, retomando sus elementos mas punk mezclándolos con una bandeja de instrumentos diversa, entre percusión latina, guitarras y por supuesto, scratch, mucho scratch. Creatividad, ingenuidad, riesgo y rebeldía, 4 elementos que hicieron de este disco una joya de la música contemporánea, y un elemento vital para refregar trastes y enchapes. Recomendado: dejarse sorprender por los solos de batería y los guiños funkeros.

 

Bonus: “Music for Silence” de Nick Murphy (para meditar)

Fácil, es un disco hecho para eso, para meditar, para respirar, para los amantes del “silencio” y de la reflexión. Estrenado el 6 de marzo de 2020, este álbum cuenta con 10 canciones en donde Murphy (antes Chet Faker) se concentró en las texturas y emociones que nos generan ciertos instrumentos o sonidos. Se encerró en una iglesia de Nueva York para hacerlo junto a su piano. Así que, si les gusta la meditación y hacer ejercicios de respiración, adelante, este es el disco perfecto.