Segunda parte

Dé play acá y reviva la segunda parte dedicasa a Michael Jackson:

 

 

Finalizamos la primera parte de esta historia haciendo un repaso por las cláusulas incluidas en el contrato que Berry Gordy, dueño de Motown Records, firmó con Joe Jackson: un contrato que decía, en la cláusula cinco, que los Jackson 5 no podían grabar, para ningún sello discográfico, en cualquier momento antes del término de la expiración del mismo. Así Joe Jackson hubiera firmado con Motown solo un año, había amarrado a sus hijos al sello durante por los menos 6 años. 

 

Motown records

 

La tercera cláusula decía que Motown no estaba en obligación de grabar al grupo o de promover su música durante esos cinco años, aún cuando el contrato había sido firmado por solamente uno. Otras cláusulas estipulaban que Motown escogería todas las canciones que grabaría el grupo, y cada canción que grabarán los Jacksons se grabaría hasta satisfacer a los ejecutivos de Motown. 

 

The Jackson 5

Aún si Motown grabara esas canciones para los Jacksons, Motown incluía en el contrato que no estaba en obligación de lanzar ninguna de ellas, lo cual quería decir que sólo porque una canción estuviera grabada, no necesariamente estaría disponible al público. 

Adicional a estas cláusulas, y este es un dato clave en la historia de Michael Jackson y su impacto en el negocio de la música en las décadas siguientes, al grupo se le pagaban 12 dólares con cincuenta centavos por la grabación completa de una canción, lo que se llama el máster en el negocio de la música. Pero en el caso de los Jackson 5, el contrato también decía que una cancion sólo era considerada un máster - y que por lo tanto sólo podía pagarse - si la canción era lanzada al mercado. De lo contrario, no recibirían un centavo. 


Escuche: La Historia Secreta de la Música: Michael Jackson parte 1


Se ha escrito que a los Jacksons les daban un 2.7 por ciento de las regalías recaudadas por cancion basado en el precio al por mayor de la venta de una canción. Esa era la tasa estándar que pagaba Motown Records. Pero en realidad, los Jacksons recibían el 6 por ciento del 90 por ciento de la venta al por mayor, menos los costos de impuestos y el empaque de los discos de cualquier sencillo o álbum recibido. Tanto The Supremes como Marvin Gaye tenían el mismo contrato. Sin embargo, Marvin no tenía que partir su porcentaje por ser solista. Las Supremes tenían que partirlo en tres, y los Jacksons tenían que partirlo en cinco. Así las cosas a Michael le tocaba menos de medio centavo por cada canción y alrededor de 2 centavos por álbum lanzado. 

 

Marvin Gaye

Marvin Gaye

Sin embargo, y aunque Motown se comprometía a pagar los costos de arreglos, producción, ingeniería y demás costos de cada sesión, así no se publicara, pero si se publicaba, dichos costos serían deducidos de las regalías prometidas por las ventas de los discos lanzados. Los Jacksons y su papá jamás pensaron que grabarían tantas canciones que no serían publicadas. Más adelante, sería imposible para los Jacksons hacerle dinero a las que sí lo fueron porque aun así, tendrían que pagar por las que se quedaron guardadas. 

Una última, y quizá la clave en la carrera de Michael Jackson: si él o sus hermanos decidían irse del tipo, jamás podrían decir que habían hecho parte de los Jackson 5 y no tendrían derecho a usar el nombre del grupo con ningún propósito. Motown también podría reemplazar al integrante del grupo que se fuera, y Joseph Jackson no tendría voto en el reemplazo. 

La cláusula 16, para ponerle cereza al pastel, declaraba que Motown tenía la propiedad y los derechos del nombre Jackson 5

 

 

Toda la música que estaba sonando en 1970 luego de que empiezan a aparecer los Jackson 5 en el mapa y de que se mudan para California, Michael se va a vivir con Diana Ross durante seis meses y encuentra en Diana a una diva que lo influencia por diferentes razones, la primera por su manera de comportarse, señorial y diva y la segunda por reemplazar a la imagen materna, a Katherine, quien se había quedado atrás por orden de su esposo Joseph, mientras los Jackson 5 se acomodaban al mundo y al estilo de vida de California. Berry Gordy había decidido mudar la operación de Motown Records a Los Angeles con dos propósitos: convertir a Diana Ross en una estrella de cine y volver a Michael una estrella de cine también. 

 

Diana Ross

Diana Ross - 1981

Cerrábamos la primera hora de historia secreta con Aint No Mountain High Enough en la versión del que fue el álbum debut de Diana Ross como solista, escrito por Nickolas Ashford y Valerie Simpson para Marvin Gaye y Tami Terrell en la década de los sesenta y llevada a canción hablada por Diana, un formato que no le gustaba mucho a Berry Gordy pero que finalmente rindió frutos y terminó siendo número 1 para Motown Records, al igual que War de Edwin Starr, que ya tenía tintes políticos debido a lo que estaba sucediendo en Estados Unidos con la guerra de Vietnam y el movimiento de derechos civiles.

Gordy había empezado a ver cierta insurgencia en sus filas, en especial en artistas como Stevie Wonder y Marvin Gaye, quienes querían salir del ensamblaje industrial de canciones con que Gordy había construido un imperio de grabación y también, una editora que le permitía controlar cada canción, cada centavo y cada artista que pasara por sus manos. Gordy era un empresario ambicioso que quería todas las ganancias y no se veía muy atraído por incluir a sus artistas en las mismas, por lo que los Jacksons, que habían firmado un contrato sin tener mucho conocimiento de lo que les acarrearía tiempo después, y que bajo la guianza de Alphonso Mizell, Freddie Perren y Deke Richards, construyeron una exitosa fórmula con I Want You Back, que se repetiría musicalmente en los siguientes dos sencillos del primer álbum de Michael y sus hermanos, ABC y The Love You Save.

 

 

Pero ya era tiempo de diversificar, y Berry Gordy les encomendó hacer una balada para los Jacksons, que sería el siguiente éxito, el más grande de su carrera además. Las canciones anteriores, I Want You Back, ABC y The Love You Save, habían vendido entre 1 y medio y dos millones de copias por sencillo, llevando a los Jackson 5 a girar ese primer álbum durante más de 55 conciertos por los Estados Unidos. Con I’ll Be There, Los Jacksons se anotarían el sencillo más vendido en aquel tiempo en la historia de Motown Records: 3 millones y medio de copias

The Osmond Brothers eran la competencia de los Jacksons y estaban lanzando al joven Donny Osmond a mediados de junio con una canción que perfilaba a uno de los integrantes de la familia como posible nueva estrella. Joseph había sido muy celoso con la idea de que uno de los muchachos se lanzara como solista - quería no solo control sobre todo el grupo y sobre todos sus hijos sino también que todos tuvieran éxito. La crianza de los Jacksons había sido recia y llena de errores: por un lado, tenían en Katherine a una férrea testigo de Jehová, quien había obligado a todos en la familia a convertirse a esa religión, que restringía libertades esenciales en la crianza de un niño; por el otro tenían a un padre maltratador, que además le era infiel contstantemente a su esposa delante de sus hijos, un ejemplo que hizo que con la llegada de la popularidad y la fama, los muchachos empezaran a experimentar con la sexualidad.

 

The Osmonds

The Osmonds

Got To Be There no llegó al número 1 pero sí se metió a las cinco canciones más importantes de los Estados Unidos y borró cualquier posibilidad de que los Osmond representaran alguna competencia con el joven Donny como solista. Fue también un campanazo para los hermanos, quienes vieron que, a pesar de no llegar al número 1, podía vender solo un millón y medio de copias de una canción 

Cuando Katherine se reubica con Maureen, La Toya y Janet en Los Angeles, intentan meterlos al colegio, con muy mala suerte. La invasión a la privacidad de los Jacksons se convirtió en una situación cotidiana, que para los cuatro mayores fue difícil pero para Michael fue peor. Los problemas de lectoescritura de los Jacksons, quienes no habían hecho nada de colegio por estar de gira y grabando, eran evidentes, y en el caso de Michael, iban mucho más allá. Lo que para un adolescente podía ser una gran oportunidad para conocer chicas y entablar amistades, para Michael se volvió una carga y un trauma. Jackson odiaba la luz pública y la pasión que producía en la gente; a tan temprana edad, estamos hablando ya de doce, trece, catorce años, la histeria colectiva le generó inseguridades profundas y miedos enormes, y la intención de terminar el colegio se vio truncada por su incapacidad para prestar atención, el aburrimiento que le generaba hacer tareas y el interés por dibujar animales y en muchas ocasiones, monstruos y zombies. En alguna entrevista a mediados de los años setenta le dijo a la periodista de la revista Soul que él era como todos los demás niños, excepto que no, no lo era en realidad. La mamá empezó a ver que su hijo se retraía cada vez más, y que en vez de socializar, prefería quedarse en casa, en su cuarto. Katherine le cuenta a los biógrafos que esperaba que en algún momento superara esa etapa. 

 

 


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