Estos trabajos discográficos se escribieron mientras sus autores vivían el desamor.

Está comprobado, estar despechado es un recurso infalible a la hora de escribir canciones. Ese sentimiento que carcome el alma dejando estelas de nostalgia, impotencia, tristeza, rabia e intranquilidad es lo que ha impulsado a varios artistas para publicar obras maestras de la música, y de paso, ayudar a exteriorizar ese dolor a millones de personas en el mundo.

Estos son algunos discos que se hicieron en medio una profunda tusa y como era de esperarse, resultaron siendo éxitos a nivel comercial (y esperamos que también a nivel personal).

"21" - Adele

A sus 20 años de edad, en el 2008, Adele tenía una relación con el fotógrafo Alex Sturrock, 10 años mayor que ella. Tras un año de intenso amor todo se fue al piso en 2009. A pesar de los buenos momentos y del profundo amor, Sturrock se negaba a admitir su compromiso con la cantante y esto quebrantó la relación. Con el corazón destrozado pero musicalmente estimulada, Adele escribió Take It All, una fulminante balada en piano con la cual inició la composición de todo el "21", un doloroso pero alabado y multipremiado disco que a la fecha, es el disco más vendido del Siglo XXI. Las 11 canciones del disco, incluido el cover de Lovesong de The Cure, son un derroche de melancolía mezcladas con aceptación que junto a la poderosa interpretación de la británica la ubicaron en la cima del mundo musical.

 

"In the Lonely Hour" - Sam Smith

Este disco cuenta la historia de un amor no correspondido. Según declaraciones de Sam Smith, antes de escribir las canciones se enamoró de un hombre el cual no lo amaba, situación que lo llevó a lugares oscuros llenos de reflexión sobre el concepto de amor. Estando ya en el panorama musical tras sus exitosas colaboraciones con Disclosure y Naughty Boy, Smith se sentó a exorcizar el desamor por medio de lo que más le gusta hacer: cantar casi que con el corazón en la mano, como lo hace en I’m Not the Only One. El compositor británico define este disco como una pieza que resalta la importancia de la resiliencia y está inspirado en las personas solitarias.

 

"Back To Black" - Amy Winehouse

Si hay una artista que ha expuesto su corazón malherido en sus canciones, esa es Amy Winehouse. Y es que una canción como Love is a Losing Game debe ser lo más parecido a una cirugía a corazón abierto sin anestesia, que duele hasta lo más profundo, pero sana. El disco se basa en la turbulenta relación que tuvo con Blake Fielder, de quien se enamoró mientras los dos sostenían otras relaciones por separado. Después de dejarlo todo, uno por el otro, y de vivir a fondo todo tipo de excesos, Fielder decidió volver con su exnovia y decirle a Amy que podían seguir siendo amigos. ¿La respuesta? 11 canciones marcadas por la tristeza, la resignación, la ira y la aceptación de la cantante.

 

"Sea Change" - Beck

A comienzos de la década de los 2000 Beck terminó su relación de 9 años con la estilista Leigh Limon. A punto de cumplir 30 años, el músico estadounidense descubrió que ella le había sido infiel con un miembro de la agrupación californiana Whiskey Biscuit. De inmediato, el cantante entró en una etapa sombría de desilución, melancolía e introspección, las cuales se transformaron en 12 canciones acústicas con arreglos orquestales y letras que reflejan los estados de ánimo de cada uno de los días en los que Beck escribió el disco. La historia de desamor de Beck se convirtió así en el que para muchos es su obra magna, un disco alabado por la crítica en donde se resaltó el cambio de su estilo experimental a uno más minimalista y sentimental.

 

"13" - Blur

Cerramos este breve recuento por tusas que se convirtieron en buenos discos con Damon Albarn y su agrupación Blur. En 1997, tras luchar contra los demonios que destruyen relaciones, Albarn y su entonces pareja, Justine Frischmann, acabaron con su noviazgo en parte por dos factores determinantes: el deseo del artista por tener hijos pronto y la amistad de Frischmann con Brett Anderson de la agrupación Suede, con quien Albarn tenía una seria rivalidad. Dejando de lado los sonidos britpop que los encumbraron, Blur sucumbió ante los sonidos más experimentales y psicodélicos, los cuales, acompañados de las dolidas letras de Albarn, como la de la canción No Distance Left To Run, dieron como resultado el sexto trabajo discográfico de la banda, un verdadero respiro a su obra musical aflorado en medio de una crisis.


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