A través de su página web oficial miles de seguidores dejan mensajes en su honor y lo recuerdan con su música.

Escribir sobre Avicii no es fácil, no para alguien que no ha seguido su carrera de cerca, ni para alguien a quien su música no lo deslumbra o no lo motiva. Pero una cosa es cierta e innegable, el DJ y productor sueco fue un niño genio que partió antes de tiempo con una misión cumplida: dejar un legado.



 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Hacer eso tampoco es fácil. Pero dejemos a un lado el “reconocimiento”, no hablemos de eso. Hablemos de legado. Muchos artistas son reconocidos, famosos en un océano repleto de tiburones replicadores, pero no todos dejan una huella. Por el contrario, Avicii, a sus 28 años, dejó una interesante marca en el amplio y competido universo musical que hoy, a 2 años de su muerte, sigue creciendo.

Tim Bergling nació un 8 de septiembre de 1989 en Estocolmo Suecia, tierra natural de amantes de la producción electrónica como Axwell, Alesso, Sebastian Ingrosso, Otto Knows, Eric Prydz, Icona Pop, Galantis, entre otros. Su madre, Anki Lidén, es una actriz de 73 años reconocida en Europa por sus papeles en importantes películas y series de TV nórdicas. De ahí su vena artística, tal vez.

 

Enamorado de los sonidos de Daft Punk, Swedish House Mafia y Eric Prydz, se propuso abrirse un camino en la producción de música electrónica sin saber en lo que se convertiría: uno de los reyes del EDM

 

A los 8 años ya jugaba a hacer sonidos en su habitación influenciado por su hermano David Bergling quien también es DJ. A sus 16, ya dominaba las consolas con destreza y curiosidad, lo que lo llevó a firmar un contrato con el sello Dejfitts Plays redefiniendo un estilo por el que nadaba como pez en el agua, el deep house. A sus 20 años los remixes que producía con bastante facilidad ya sonaban en diferentes partes del mundo haciendo que su nombre escalase por las altas montañas de la “escena” electrónica de la primera década del siglo XXI.



 

En 2011 su carrera estalló. Inspirado por la voz de Etta James y una composición de 1962, Avicii lanzó `Levels` traspasando así la frontera mainstream. Se trepó en la cima de los listados en múltiples latitudes, en otras palabras, tocó la cima del mundo. Su nombre empezó a aparecer en los Line Ups de importantes festivales musicales no solamente de corte electrónico. Personalidades como David Guetta y bandas como Coldplay lo ficharon para trabajar en conjunto y seguirlo elevando. 

 

Fueron años de éxitos comerciales y radiales. La fama, el reconocimiento y el placer de sentir “dominar el mundo” llegaron. De ahí en adelante el joven Tim Bergling vivió una explosión de fulgurantes momentos que inyectados como una droga, al final del día cobran, y cobran bien caro.

El estrés, los malos hábitos alimenticios y el alcohol lo llevaron a un rincón oscuro y lo hicieron retirar de los escenarios en dos ocasiones, la primera en 2014 y la segunda en 2016. Una tragedia silenciosa estaba por ocurrir, y sucedió.

El 20 de abril de 2018 acabó con su vida en un hotel de Mascate, la capital de Omán. Afilados trozos de cristal le pondrían fin a su presencia terrenal en este mundo agobiado por un fantasma que se le ha aparecido a cientos de artistas en diferentes eras de la humanidad.

Avicii no soportó el propio mundo que él creó o que le crearon y al no encontrar un equilibrio que anhelaba cuando escapaba de la música (o de la industria y sus demonios), decidió escapar de todo y para siempre.

Ya son dos años de su partida, dos años en donde su vida ha servido para mostrar una realidad que muchos viven en completo silencio y con una máscara puesta. En 2019 se publicó “TIM”, un disco póstumo en el que el sueco estuvo trabajando antes de irse. El 10 de abril, como si se tratase de un evento paranormal y paradójico, el álbum se estrenó con un sencillo titulado SOS, un llamado de emergencia desde el más allá que a la vez serviría como una despedida discográfica.

 

Documentales, biografías, una fundación, homenajes en redes y páginas web, y varios conciertos fueron hechos en su memoria cumpliendo con su mayor deseo: que su música nunca fuera olvidada.



 

Por estos días en su página web miles de personas le dejan comentarios en un box creado para mandarle un mensaje de reconocimiento y amor. En redes su nombre volvió a ser tendencia gracias a las menciones de toda clase. Desde personas que creen que aún está vivo y contagiado con COVID-19, hasta sensatos deseos de paz y tranquilidad en su tumba.

La corta y fructífera vida de Avicii es una gruesa página en la historia que intenta descifrar y exorcizar los demonios que no solo aquejan a artistas sino también a personas ajenas a la fama y el reconocimiento, demonios que alimentan la frustración, la impotencia, la depresión, el sentimiento de culpa, de insatisfacción, de nimiedad y las ganas de siempre obtener más, a costa de lo que sea y aunque ya se tenga mucho, irónicamente.

A dos años de su muerte lo recordamos con canciones y resaltamos su legado en el bello arte musical que seguramente lo reivindicará por siempre, generación tras generación, disco tras disco, canción tras canción. 

¿Con cuál canción homenajearían a Avicii? Les dejamos el concierto hecho en su memoria:

Siga la playlist homenaje que hicimos en Spotify para recordar a Avicii: